lunes, 31 de agosto de 2009

El reciclaje: ecología y negocio.

Un defecto profesional de los ingenieros es que cuando nos plantean cómo realizar algo, no podemos dejar de darle vueltas en la cabeza hasta encontrar una solución, y los problemas planteados sobre cómo deshacernos de los residuos de todo tipo generados por nuestra sociedad viene siendo una de las cuestiones recurrentes.

La estupenda labor de sensibilización social relacionada con el respeto al medio ambiente, ha hecho pensar a mucha gente en el modo de convertir la necesidad en negocio, y cuando un negocio se asienta en necesidades sociales resulta difícil poner límites. Como tal, un negocio debería ser rentable en sí mismo, pero cuando se trata de mejorar algo para el conjunto de la sociedad, se admite que suponga un cargo para ésta: por ejemplo, depurar agua, aunque nadie compre directamente el agua depurada. Un ejemplo similar es la retirada de residuos, aunque inicialmente nadie los comprase.

Sin embargo, hay veces que veo máquinas o industrias que me hacen pensar si un cálculo escrupuloso de energía invertida termina obteniendo rentabilidad "global" cuando se llega al producto final. Concretamente, creo que en la industria del reciclaje deberíamos ser meticulosos para no cargar al medio ambiente con remedios peores que la enfermedad.

Como ingeniero mecánico, cuantas más máquinas se hagan, mejor para mis intereses, pero a veces pienso que a nuestros cálculos les falta un balance energético-ecológico, algo que determine si el esfuerzo realmente valió la pena.

lunes, 24 de agosto de 2009

Externalizar para superar la crisis.

En la última gran crisis se evidenció que las empresas no deben intentar abarcar todos los aspectos involucrados en su funcionamiento. Hay muchos factores que lo desaconsejan, aunque los más importantes son los más evidentes.

La empresa es una organización dedicada a producir un elemento concreto, algo para lo que tiene normalmente una gran capacidad, experiencia, conocimientos... know how. Lo que no tiene por qué tener es el mismo grado de control de todos los procesos que necesita para obtener el producto final. Ello requiere el trabajo de especialistas que resulta demasiado caro mantener en plantilla cuando en realidad su quehacer “especial” no es la esencia de la empresa.

Este análisis ha llevado prácticamente a la totalidad de las empresas de fabricación a subcontratar total o parcialmente los especialistas que se encargan del márketing, de la contabilidad y asesoría fiscal o laboral, la fabricación de piezas por métodos cada vez más sofisticados, los servicios de informática, logística, etc. El resultado no ha podido ser mejor, ya que permite que la empresa se concentre en su actividad, mientras los especialistas necesarios a su vez se concentran en realizar el trabajo que saben hacer para diversas empresas, mejorando la productividad en todos los sentidos.

No ha sido necesario pensar mucho para ver cuáles son los elementos que todavía se pueden subcontratar para llegar a la conclusión de que el montaje de los elementos cuyos componentes ya se han fabricado en empresas externas es uno de ellos, así como los departamentos de Calidad y la Oficina Técnica.

Igual que en otros casos, ha sido necesario vencer el “miedo” a perder la privacidad de la propia empresa, a que mostrando el diseño de los elementos o la documentación atesorada durante años, cualquiera vaya a copiar los productos propios. Pronto nos hemos dado cuenta de que la empresa sigue siendo quien controla la información que le interesa divulgar y la que no –igual que sucede en el área financiera o de fabricación-. Ello, junto con las medidas contractuales que siempre pueden convenir, ha dejado el camino libre a un tipo de empresa cada vez más libre y productiva, induciendo a su vez a la formación de empresas auxiliares para la realización de trabajos de naturaleza distinta.

Por ejemplo, si una empresa se dedica a fabricar un cierto tipo de motores, es lógico que tenga muy en cuenta el precio de los materiales, el cuidado con el que cada componente se ha fabricado, los pequeños detalles de montaje que harán que el funcionamiento sea seguro durante toda la vida del producto, el modo que empleará para llegar hasta los clientes... ¿necesita tener un técnico que actualice una dimensión en un plano o realice una modificación para producir las piezas de otro modo?. Ya son muchas las empresas que han decidido que no.

lunes, 17 de agosto de 2009

¿Y si fuera cierto...?


Aunque parezca mentira, nuestra sociedad depende de ciertos materiales. Fácilmente recordamos todos el coltán, imprenscindible para la fabricación de los aparatos electrónicos que nos rodean y que tantos conflictos está provocando en Africa y la no menor dependencia del petróleo que literalmente “mueve” nuestro mundo y que además de conflictos similares nos está metiendo en el cambio climático de cabeza. Puede que dentro de algunos años nos hayamos liberado de estas dependencias, o que estos materiales hayan sido sustituidos por otros.

Tal vez por demasiado obvio, no nos resulta tan fácil recordar nuestra dependencia de otros materiales, entre ellos el acero. Desde hace miles de años estamos en la Edad del Hierro. ¿Quién puede pensar en nuestra sociedad sin el acero? Aunque el hierro, componente básico del mismo, es uno de los elementos más frecuentes en la
Tierra y el proceso de transformación en acero es más o menos sencillo, la extracción del mineral no está entre los trabajos “más adecuados” para un mundo tan evolucionado como el nuestro.


El problema es que hace poco me informaban de que China ha decidido dejar de invertir en euros o en dólares y hacerlo en acero, del cual están acumulando grandes cantidades, hasta el punto de colapsar algunas comunicaciones internas. No sé si es del todo cierto, o si entendí bien los datos que me dieron, pero de alguna manera es algo que hace ponérsele a uno los pelos de punta.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Se necesitan ingenieros.


Estamos dentro de una crisis de la que no saldremos mientras esperemos que la solución nos llegue de fuera: ni Obama ni Zapatero van a sacar a nuestras empresas del estancamiento.

Entre las mil facetas que presenta la situación, existe una relacionada con la falta de valor añadido en nuestra producción industrial, y en el PIB de nuestro sistema en general. Seguiremos en crisis mientras pensemos que podemos mantener nuestro altísimo nivel de vida, sin el esfuerzo creativo necesario para hacer algo que valga la pena.

Es una lástima ver que muchas empresas se están deshaciendo de medios técnicos para ahorrarse salarios y permanecer a flote. En lugar de esto, lo que hay que hacer es sacarles el máximo rendimiento, plantear nuevos desarrollos, mejorar las prestaciones del producto, abaratar el proceso productivo, ampliar gama... Cuando se desbloquee la situación económica, las empresas que no estén preparadas para ofrecer modelos mejores que la competencia, no conseguirán salir de la crisis.

Hay entre nosotros demasiadas empresas poco competitivas, que pueden verse favorecidas por la “puesta a cero” de esta situación, ya que ahora no se venden los productos regulares, pero tampoco los buenos. Por eso, deben aprovechar el momento para que los técnicos preparen las mejoras necesarias que doten a los productos de nuestra sociedad del máximo valor añadido.

En crisis, ni un ingeniero en paro.

domingo, 9 de agosto de 2009

Propuesta de reflexión


Con este blog únicamente pretendemos poner en común algunas reflexiones sobre la influencia de la mecánica en la vida cotidiana de todos nosotros.

La sociedad actual sin duda está atravesando una nueva revolución, que como tal afecta a todos sus aspectos. No es fácil decir si pasará a la historia como nueva revolución industrial, como la revolución de la comunicación, de la globalización, de la informática, por su influencia en los cambios en el sistema financiero, las gravísimas repercusiones tanto a nivel ecológico como en los conflictos humanos derivados de todo ello... pero es cierto que nuestro mundo y nuestro modo de vida han cambiado radicalmente en poco tiempo.

Sin embargo, no creemos que ello deba hacer olvidar la presencia imprenscindible de avances diarios en algo que todavía pertenece a la gran revolución industrial de siglos pasados: la aparición continua de nuevos materiales, la mejora en procesos de producción, el desarrollo de herramientas más precisas, útiles y accesibles son, entre otros, los discretos avances diarios en la generación de máquinas que proporcionan una vida un poco mejor –o peor-. Aunque esta situación no se da únicamente en mecánica, no siempre es fácil darse cuenta de que hoy tenemos acceso a vehículos con prestaciones que están a años luz de las de los "seiscientos" de no hace tanto tiempo, ni los acabados son comparables, ni la potencia, ni la comodidad, ni el consumo, ni... Todo ello es posible gracias a mejoras invisibles en el desarrollo mecánico de infinidad de detalles. Pero lo mismo sucede si observamos una sartén, las ventanas de casa o el cuidadísimo detalle mecánico que permite la producción y el funcionamiento sin problemas del ordenador con el que escribo estas reflexiones.

Por supuesto, nuestra intención principal es compartir las ideas que se presentan, teniendo en cuenta que únicamente somos especialistas en construcción de maquinaria y puede que nuestros razonamientos sobre otros temas no sean acertados. Agradecemos la colaboración de todos para intentar comprender mejor nuestra sociedad.


VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERIA MECANICA