lunes, 28 de junio de 2010

ECONOMÍA SOSTENIBLE.


Aunque la economía no es nuestra especialidad, queremos aportar un punto de vista sobre la parte que nos afecta acerca de la economía de nuestro país. No es nada nuevo, pero por alguna razón se intenta hacer olvidar algunos aspectos fundamentales que relacionan a una sociedad con su geografía, esto es, con sus recursos naturales.

El exceso de peso que se ha dado a la visión global de la economía nos está haciendo olvidar que cualquier sociedad ha vivido siempre de los recursos naturales de que puede disponer, y seguirá siendo así: aunque en la actualidad se pueda disponer de recursos muy alejados del propio suelo, en realidad toda la sociedad está basada en dichos recursos. Es la transformación de los mismos mediante la industria la que origina el desarrollo social que permite establecer finalmente multitud de servicios a la comunidad a través del sector terciario. Pero es absurdo intentar fundamentar una sociedad en los servicios, que es claramente lo que desde hace muchos años se proponen nuestros gobiernos. Del mismo modo es absurdo intentar dedicarse a la transformación de materias primas obtenidas en el otro extremo del globo, dependiendo de otros países para el suministro y el transporte. En realidad, desde los primeros tratados europeos, todas las ayudas recibidas han sido a expensas de mermar nuestra capacidad productiva, y se ha limitado tanto la explotación ganadera, agrícola, pesquera, minera, etc., hundiendo el modo de vida de millones de personas, y comprometiendo la posible industria transformadora de los productos de su actividad, que finalmente nos encontramos con nula capacidad productiva. El producto interior bruto de España es bajísimo debido a que no le queda nada que producir. Se suponía que íbamos a vivir del turismo, de que toda Europa iba a establecer su residencia de reposo en nuestras playas, y además les vendimos buena parte de nuestro litoral... ¿Y ahora qué? Como no producimos, nuestro déficit es incontrolable y debemos tanto dinero a los mismos países que nos ahogan con las reformas que no vemos modo de salir a flote.

No hay más que un remedio, y estamos convencidos de que nuestros grandes mandatarios lo tienen claro, pero no es “políticamente correcto”: hay que volver al origen, a hacer producir a nuestra tierra, nuestros campos, hacer salir a los barcos y conseguir la materia prima para elaborar; hay que seguir intentando extraer toda la energía posible de nuestro territorio, y ver el modo de que ello no entre en conflicto con los acuerdos adoptados. Habrá que abrir vías a productos que no estén sujetos a negociaciones, y habrá que desarrollar la industria necesaria para transformarlos de manera que sean generadores de riqueza.

Sabemos que todo esto puede resultar utópico, pero creemos que es necesario dirigir los pasos en este sentido. Por otra parte, no hay más que mirar a los países que siguen siendo la fuerza de Europa para comprobar que lo son por seguir este modelo del modo más fiel; incluso dentro de España, las zonas más prósperas lo son porque han aplicado este sistema más firmemente. No nos oponemos a que se desarrollen otras cosas además, pero sin olvidar lo fundamental.

VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERÍA MECÁNICA.

lunes, 7 de junio de 2010

El mercado de trabajo se adelanta a las previsiones del Gobierno.

Como es habitual, las empresas no pueden esperar a las reformas del gobierno y hace tiempo que han comenzado a abrirse cauce a modos diferentes de hacer las cosas. Frente a la discusión sobre el abaratamiento del despido, las empresas han empezado a buscar soluciones alternativas: en muchos casos se ha limitado la plantilla técnica y sea cual sea el tipo de reformas propuestas, está claro que cada vez menos PYMES están dispuestas a volver a arriesgarse en la contratación de personal:

1.- No pueden estar seguros del rendimiento que dará una vez tenga un contrato estable.

2.- La contratación de personal cualificado es cara y no tiene grandes ayudas estatales. Por contra, las ayudas más subvencionadas son las de trabajadores de baja cualificación que termina dando poca rentabilidad a la inversión.

3.- El empresario tiene que asegurar una carga de trabajo que justifique el gasto permanente.

4.- Las subidas salariales de alguna manera se escapan al control del empresario, ya que se ajustan de modo general desde los acuerdos colectivos.

5.- Si las circunstancias aconsejan reducciones de plantilla, se volvería a pasar por la desagradable situación pasada, para volver a empezar con lo mismo.

Ante este planteamiento, cada vez es mayor el número de empresas que externalizan sus trabajos:

1.- El rendimiento es máximo, debido a la elevada competitividad en el sector.

2.- No hay que contemplar contrataciones estables ni gastos permanentes, sino únicamente inversiones puntuales por cada trabajo que sea realmente necesario.

3.- Puesto que cada trabajo se cotiza, se ajustan los precios de modo constante, según la situación del mercado.

4.- Si no se precisan trabajos, no se contratan, por lo que no hay que plantearse problemas con la plantilla.

A todas estas ventajas se suma generalmente el trabajo con profesionales de elevada cualificación, que día a día se alimentan de experiencias en diversos campos y con resultados garantizados.

VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERIA MECANICA.