miércoles, 17 de noviembre de 2010

PRODUCTO INTERIOR BRUTO.


Nuevamente nos vemos llevados fuera de nuestra especialidad para dar un punto de vista que puede ser técnicamente criticable, pero creemos que es necesario. Nos referimos al problema del Producto Interior Bruto de nuestro país, al cual vemos cada día estancado. No hablamos de los valores que dan las estadísticas, sino de lo que vemos en nuestra relación con las empresas con que nos relacionamos.

Sabemos que es una evidencia, pero a nadie se le escapa que para que haya “Producto” alguien debe “producir”, aunque parece que para que mejoren las cifras, damos por válido como “producto” muchas cosas en las que el término producción habría que aplicarlo con una gran generosidad. No es nuestro interés ir en contra de nadie, porque todos vamos en el mismo barco y a todos nos interesa que las cosas vayan lo mejor posible, incluso si hay que decir que van mejor de lo que creemos, porque hay que dar confianza, se asume. Pero eso no quita para que también manifestemos que hay que centrarse en apoyar a los sectores que en términos de producción son más necesarios: el sector primario y el secundario. Además, dentro de estos sectores, incluso dentro de cada empresa de las que generalmente se engloban como parte de ellos, hay que potenciar los trabajos productivos.

Todo tiene su momento, y si hemos pasado muchos años invirtiendo en que nuestras empresas modernizasen su estructura, mejorasen sus sistemas de gestión de la calidad, etc., ahora es el momento de maximizar la productividad. Sabemos que a nivel nacional sufrimos la comparación con la mano de obra barata de otros lugares, que en términos globales nos hace ser poco productivos. Forzosamente hay que cambiar esto, y el camino no es pagar sueldos menores, sino rentabilizar lo que tenemos. No cabe duda de que cualquiera de los profesionales de taller o técnicos dentro de nuestras empresas, por tener una educación muchísimo más amplia que la de aquéllos con quienes se realiza la comparación, tienen un potencial mucho mayor a nivel productivo, pero hay que extraerlo. También disponemos en general de tecnologías mucho más avanzadas, pero nuevamente tenemos que ser capaces de sacarles todo su partido, y justificar con ello las inversiones realizadas. Curiosamente, tenemos en las listas de parados en nuestro país inversiones en formación que muchos países quisieran tener en sus empleados. No estamos proponiendo que nuestros parados vayan a buscar empleo a dichos países, sino que hagamos nuestras empresas realmente productivas para evitar que muchos más vayan a engrosar esas listas.

VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERÍA MECÁNICA, SLU.

jueves, 7 de octubre de 2010

FABRICAR MÁS BARATO, PARA VENDER MÁS BARATO.

La situación general actual está poniendo contra la pared a muchos pequeños fabricantes de maquinaria. No debemos olvidar que actualmente se enfrentan al efecto combinado de dos situaciones que se suman:

Por una parte, la difícil situación económica general hace que los productores que podrían estar necesitando nuevas máquinas, intenten por todos los medios prolongar la vida de las que han utilizado hasta el momento. Probablemente lo pueden hacer sin mucho problema, debido a la escasez de demanda del producto acabado que seguramente ellos tienen a su vez. De esta manera, no invierten en máquinas nuevas un capital que les costaría mucho reunir y que tienen pocas esperanzas de amortizar en breve.

En segundo lugar, pero no menos importante, continúan sufriendo la guerra –anterior a la crisis económica- que les enfrenta a maquinaria importada principalmente de China, a precios muy inferiores. Además, no en todos los casos se puede decir que la máquina china tiene peores características que la fabricada aquí.

Puesto que la maquinaria china ha abierto su mercado también globalmente, ni siquiera está todo solucionado con intentar vender las máquinas en zonas menos afectadas por la crisis económica.

Ambas consideraciones, llevan a los fabricantes de maquinaria a un planteamiento central: Fabricar más barato, para vender más barato. A pesar de la realidad de la presión de los productos chinos, al menos hasta ahora, nuestros fabricantes tienen la ventaja del producto nacional, siempre considerado mejor. Si el producto importado de China tiene la etiqueta “barato”, el producido aquí tiene la de “calidad”. Se debe trabajar para cambiar esta etiqueta por la de “competitivo”. Probablemente hasta dentro de mucho tiempo, nadie va a pagar el doble o el triple por ventajas en calidad, larga vida del producto, etc.

Aunque no siempre es fácil, casi siempre es posible reducir los costes de fabricación, sin comprometer las características fundamentales de la máquina. Ahora mismo se puede jugar incluso con una producción menos vertiginosa, puesto que las ventas tampoco la justifican. Una pequeña inversión, fundamentalmente de tiempo, destinada a revisar la documentación de partida puede dar grandísimos resultados: en la actualidad casi todos los pequeños y medianos fabricantes de maquinaria tienen externalizada la fabricación de los componentes de sus máquinas, pero esa misma externalización muchas veces les tiene sujetos a unos fabricantes que, debido a la experiencia que han acumulado realizando repetitivamente dichas piezas, son los únicos que saben el modo de fabricarlas para que sean operativas, habiendo realizado correcciones o modificaciones en los planos de que disponen y que únicamente ellos conocen. Se trata de contrastar las piezas reales entregadas con los planos en poder del fabricante para asegurar en primer lugar si esta documentación es correcta. Se debe asegurar además que es completa y que finalmente se dispone de una documentación que, seguida estrictamente, es capaz de reproducir la máquina de forma precisa. A partir de este momento, se deben seguir dos líneas de actuación: ver si es posible fabricar los componentes por un proceso más barato, o fabricarlos en talleres que den mejores precios, y simultáneamente analizar si hay elementos superfluos, funciones obsoletas, características innecesarias, que se puedan eliminar.

Seguir esperando a que mejore la situación económica, de manera que se eleve nuevamente la demanda de maquinaria no será suficiente, puesto que la competencia de China, si bien está elevando ligeramente sus precios, también está mejorando sustancialmente en calidad, y si no nos damos prisa, puede que la etiqueta de “competitivos” se la terminen llevando ellos, y nuestra situación sea todavía más comprometida.

VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERÍA MECÁNICA.

lunes, 13 de septiembre de 2010

LA OFICINA TÉCNICA A DISTANCIA.

1.- La Oficina Técnica.

La Oficina Técnica comparte con el departamento de I+D el área de la empresa dedicada a diseñar el producto, a conservarlo y desarrollarlo. En muchos casos ambos están tan vinculados que recaen sobre un mismo equipo, quien realiza tanto los trabajos de documentación como los de creación.

Asiste a otros departamentos en labores diversas, por ejemplo:

· Comercial: realización de ofertas, layouts y presentaciones de producto.

· Producción: determinación de procesos de fabricación y montaje.

· Compras: valoración de proveedores, necesidades mínimas exigibles.

· Calidad: pruebas de comprobación de funcionamiento, aceptación de piezas fuera de tolerancia.

2.- Externalización.

Todos estos trabajos se pueden realizar dentro o fuera de la empresa. Cuando se trata con productos muy especializados, para el área de I+D se requieren técnicos con formación muy particular para evitar la degradación del producto, puesto que una parte del know-how está depositada en personas que llevan muchos años trabajando en la empresa. Sin embargo, en el campo de la Oficina Técnica, con frecuencia se necesitan especialistas en la realización concreta de otras funciones: especialistas en el diseño de máquinas en general, en la realización y mantenimiento de una documentación adecuada, conocedores del trabajo de taller, etc.

3.- Cambiar del trabajo interno a la externalización.

El proceso de externalización tiene que ser progresivo, de modo que permita la adquisición mínima de la estructura de la empresa a quien realizará los trabajos desde el exterior: conocimiento del tipo de producto que la empresa desarrolla y comercializa, sus exigencias y funciones, la documentación existente, los procedimientos establecidos según normativa ISO de calidad...

Partiendo de un análisis de la situación del departamento en cada caso particular, inicialmente se debe optar entre la realización de outsourcing –refuerzo con personal exterior a la estructura, pero desarrollo de las tareas dentro de la misma- o el encargo de trabajos para realizar en el exterior según especificaciones concretas. Dependiendo de las necesidades se pueden incluso combinar ambos modelos.

A medida que el conocimiento mutuo es mayor, puede procederse a una relación más extensa, con compromisos estables a medio o largo plazo. Esto es lo que se conoce como Oficina Técnica a Distancia.

La gran experiencia adquirida en el trabajo en Oficina Técnica hace de VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERÍA MECÁNICA, la mejor herramienta para externalización en el área de Barcelona.