jueves, 7 de octubre de 2010

FABRICAR MÁS BARATO, PARA VENDER MÁS BARATO.

La situación general actual está poniendo contra la pared a muchos pequeños fabricantes de maquinaria. No debemos olvidar que actualmente se enfrentan al efecto combinado de dos situaciones que se suman:

Por una parte, la difícil situación económica general hace que los productores que podrían estar necesitando nuevas máquinas, intenten por todos los medios prolongar la vida de las que han utilizado hasta el momento. Probablemente lo pueden hacer sin mucho problema, debido a la escasez de demanda del producto acabado que seguramente ellos tienen a su vez. De esta manera, no invierten en máquinas nuevas un capital que les costaría mucho reunir y que tienen pocas esperanzas de amortizar en breve.

En segundo lugar, pero no menos importante, continúan sufriendo la guerra –anterior a la crisis económica- que les enfrenta a maquinaria importada principalmente de China, a precios muy inferiores. Además, no en todos los casos se puede decir que la máquina china tiene peores características que la fabricada aquí.

Puesto que la maquinaria china ha abierto su mercado también globalmente, ni siquiera está todo solucionado con intentar vender las máquinas en zonas menos afectadas por la crisis económica.

Ambas consideraciones, llevan a los fabricantes de maquinaria a un planteamiento central: Fabricar más barato, para vender más barato. A pesar de la realidad de la presión de los productos chinos, al menos hasta ahora, nuestros fabricantes tienen la ventaja del producto nacional, siempre considerado mejor. Si el producto importado de China tiene la etiqueta “barato”, el producido aquí tiene la de “calidad”. Se debe trabajar para cambiar esta etiqueta por la de “competitivo”. Probablemente hasta dentro de mucho tiempo, nadie va a pagar el doble o el triple por ventajas en calidad, larga vida del producto, etc.

Aunque no siempre es fácil, casi siempre es posible reducir los costes de fabricación, sin comprometer las características fundamentales de la máquina. Ahora mismo se puede jugar incluso con una producción menos vertiginosa, puesto que las ventas tampoco la justifican. Una pequeña inversión, fundamentalmente de tiempo, destinada a revisar la documentación de partida puede dar grandísimos resultados: en la actualidad casi todos los pequeños y medianos fabricantes de maquinaria tienen externalizada la fabricación de los componentes de sus máquinas, pero esa misma externalización muchas veces les tiene sujetos a unos fabricantes que, debido a la experiencia que han acumulado realizando repetitivamente dichas piezas, son los únicos que saben el modo de fabricarlas para que sean operativas, habiendo realizado correcciones o modificaciones en los planos de que disponen y que únicamente ellos conocen. Se trata de contrastar las piezas reales entregadas con los planos en poder del fabricante para asegurar en primer lugar si esta documentación es correcta. Se debe asegurar además que es completa y que finalmente se dispone de una documentación que, seguida estrictamente, es capaz de reproducir la máquina de forma precisa. A partir de este momento, se deben seguir dos líneas de actuación: ver si es posible fabricar los componentes por un proceso más barato, o fabricarlos en talleres que den mejores precios, y simultáneamente analizar si hay elementos superfluos, funciones obsoletas, características innecesarias, que se puedan eliminar.

Seguir esperando a que mejore la situación económica, de manera que se eleve nuevamente la demanda de maquinaria no será suficiente, puesto que la competencia de China, si bien está elevando ligeramente sus precios, también está mejorando sustancialmente en calidad, y si no nos damos prisa, puede que la etiqueta de “competitivos” se la terminen llevando ellos, y nuestra situación sea todavía más comprometida.

VECTOR, SERVICIOS DE INGENIERÍA MECÁNICA.

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